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El número de años trabajados es lo de menos. Lo que ocurre es que cuando nos han contratado en una organización para realizar una labor en concreto aparecen siempre las promesas en la entrevista final (plan de carrera, estabilidad y si trabajamos duro seguro que prosperamos). Sin embargo, resulta que al cabo de un tiempo la persona que te ha contratado cambia de empresa, y en su lugar aparece un directivo que lleva además un equipo de su confianza y a corto plazo prescinden de ti. ¿Cómo afrontar estas situaciones? Descúbrelo en este artículo.
En primer lugar, hace falta conocer nuestra empleabilidad, es decir, para qué persona o proyecto somos útiles. Y no tanto qué es lo que sabemos hacer.
Lo que es seguro es que si llevamos un tiempo trabajando, en caso de cambio profesional no nos van a contratar por nuestros grandes conocimientos, sino por nuestras competencias. Es decir, al acabar los estudios, sí nos van a contratar por nuestros conocimientos, ya que las nuevas generaciones saben más que las anteriores, pero si superamos los treinta años, serán las competencias de gestión las que tendrán importancia, normalmente para liderar el trabajo de los recién llegados.
En este punto seguro que te están surgiendo mucha dudas tipo: ¿ cuáles son mis competencias? ¿Qué valor añadido aporto a mi organización? Y, lo más difícil: ¿Cuál es mi valor de mercado?
Muchas empresas de selección se siguen fijando en nuestros conocimientos y al final de la entrevista nos dicen la consabida frase de que “estamos sobrevalorados para el trabajo” o que el cliente busca un “puesto más junior o más técnico”.
No nos dejemos engañar. A partir de una cierta edad, los conocimientos, aunque son importantes, no son fundamentales para alcanzar la posición. Pero algo han de decir para descartar a candidatos no elegidos. Por ello hay que acotar en el CV y que reluzca nuestro valor profesional por encima de nuestros conocimientos técnicos.
¿Cómo se pueden sacar a relucir las competencias? Pues mediante la elaboración de un inventario de logros, que van a permitir a un tercero valorar si las competencias vertidas en el CV tienen relevancia. Esta tarea, por supuesto, de debe realizar sin desvelar información confidencial de la anterior empresa. El objetivo es fijar en el CV los logros más relevantes que permitan demostrar nuestro valor añadido. De esta forma, marcamos las pautas al entrevistador y no nos hace perder el tiempo.
Hay diversas maneras de identificar los logros y de reflejarlos en el CV, pero lo mas profesional es establecer los logros mediante objetivos y los resultados. El resto, si existe un interés por parte del entrevistador, ya lo preguntarán.
Si necesitas ayuda para esta labor, te recomendamos contactar con nosotros, Recasens&Ross, donde yo, Guillem Recasens, consultor de carreras profesional, junto contigo evaluaremos tus logros y los reflejaremos en el CV, demostrando tu valor real en el mercado laboral.