YO NO ESTOY DESEMPLEADO; ¿DE QUÉ ME SIRVE UN CONSULTOR DE CARRERAS O CÓMO SE LLAME?

 

YO NO ESTOY DESEMPLEADO, ¿DE QUE ME SIRVE UN ASESOR DE CARRERAS O CÓMO SE LLAME?

Es cierto, si estamos empleados y nuestro puesto de trabajo no peligra, aparentemente no hace falta plantearse nada relativo a la carrera profesional. Igualmente, si no tenemos intención de ascender o mejorar en nuestro puesto de trabajo los servicios de un asesor de carreras pueden parecer irrelevantes.

Entonces, ¿por qué un buen número de personas que acuden a Recasens&Ros están trabajando? Parecería un contrasentido.

La realidad es que en determinados momentos de nuestra vida (también la profesional) no es extraño que sepamos de alguien que es un profesional excelente y de repente se ha visto abocado al desempleo. Y nos afecta más si este “alguien” deja de ser anónimo y es una persona próxima: parientes, pareja, hijos, amigos más o menos íntimos, o antiguos compañeros de trabajo. Y la pregunta nos atenaza: ¿“y si algún día me toca a mí”?

Todo planteamiento de carrera profesional debe empezar por conocer nuestra empleabilidad. La empleabilidad significa ni más ni menos que saber a qué proyecto o a qué persona física o jurídica podemos resultarle útil. Es decir, si de repente nuestra empresa decide cerrar, o trasladarse, o amortizar nuestro puesto de trabajo, ¿cómo vamos a afrontar esta nueva situación? Y si no hemos hecho ningún planteamiento, empieza la “catástrofe”: Lo que muchos hacen es lanzarse de una manera precipitada el domingo por la tarde, mientras siguen con mucho interés la jornada futbolística en la radio, a confeccionar de manera apresurada un Curriculum Vitae, siguiendo algunas de las páginas web que aparecen en internet sobre “Confeccionar su CV en 30 minutos”.

Y si tiene suerte, algún amigo le pasará el contacto de una empresa de selección “infalible”. Manda el CV con la recomendación de su amigo y no pasa nada. Nada de nada. Nadie le llama ni para darle las gracias por remitir el CV. Y finalmente llama él. Y una secretaria muy amable le comunica que su CV ha quedado archivado en una base de datos y que si hubiera una oferta en la que él encajara, ya contactarían con él.

La redacción de un CV no se debe basar en una descripción de “funciones”. La utilidad a que aludíamos debe estar reflejada en unas competencias, que son la vara de medir la utilidad (la empleabilidad) en las personas. Conocer nuestras competencias es ya un buen inicio de planteamiento de conocer nuestro valor profesional. Pero incluir en el CV una retahíla de competencias que creemos que tenemos sin más no aporta al lector ninguna información adicional. Parece más un “autobombo” que una auténtica descripción de valor profesional.

¿Qué hay que incluir en el CV para conseguir que sea efectivo? Las competencias deben estar reflejadas en logros profesionales. De estos logros profesionales un tercero podrá valorar de manera adecuada si un candidato le resultará útil o no. Y los logros permiten la comparación de candidatos que por funciones son iguales. Porque posiciones profesionales similares o iguales tienen las mismas funciones, pero no tienen por qué tener los mismos logros, y he ahí el kit del asunto: es importante conocer nuestro valor profesional, aunque estemos trabajando, por si las circunstancias cambian.

Por ello un buen número de los clientes de Recasens&Ros son personas que están trabajando.

Guillem Recasens

Recasens&Ros

www.recasens-ros.com

T. 934521614

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