Los paradigmas socio laborales

Normalmente en las charlas y cursos que doy, siempre pregunto a los asistentes  si son capaces de identificar los paradigmas relativos al  trabajo que aparecen , nos condicionas e incluso nos atenazan en nuestra manera de actuar. Teniendo en cuenta que un paradigma es una verdad que se considera como inmutable, y que depende de los grupos socioculturales existentes, la realidad es que se repiten y en ocasiones nos llegan a convencer  sobre la oportunidad o no de buscar nuevas alternativas. Algunos paradigmas son reales y otros son simplemente opiniones que la gente repite sin tener conocimiento de causa. Estos últimos son los más peligrosos.

Algunos paradigmas  ciertos y otros a despejar son:

  • Estudios= buen trabajo. Lo que es seguro es que sin estudios jamás tendremos un trabajo enriquecedor. Lo que es seguro es que todos los padres desean que sus hijos estudien para  ser mejores que ellos. Y sobre todo, cuando los padres no han tenido acceso a estudios universitarios, harán lo indecible para que sus hijos los tengan.
  • Contrato indefinido no es igual a infinito. Lo de “me han hecho fijo” antes era una garantía casi de por vida. Ahora significa mucho menos y las empresas contratan y despiden según sus conveniencias.
  • La lealtad a la empresa: si se trata de empresas familiares o pymes todavía puede haber un cierto grado de lealtad a la misma. Pero en multinacionales, se desdibuja totalmente.
  • “Dicen que la crisis durará hasta 201…” Si nos tuviéramos que basar en las ideas de las mentes sabias que ven los “brotes verdes “o la luz al final del túnel debemos preguntarnos  por qué fueron incapaces de preverla con anticipación.
  • Es imposible encontrar trabajo actualmente. Esto es cierto desde una posición pasiva de búsqueda. Buscar trabajo es un trabajo y requiere de una dinámica, un proceso y mucha frialdad, sin caer en desánimos  ni frustraciones. Muchas personas son voluntaristas pero tienen poca capacidad de ofrecer al mercado de trabajo lo que les convierte en personas muy útiles a una organización.
  • Sin un Master no se puede encontrar trabajo. Es cierto parcialmente. Hoy en día ha aparecido esta “moda” y muchas universidades y escuelas de negocio tienen una oferta muy completa de posgrados y masters de todo tipo. Hay que distinguir los masters: según:
    • el profesorado que imparte clases,
    • los medios que aporten para el aprendizaje
    • las instalaciones
    • el precio
    • “la marca”, teniendo presente que éste último factor tiene más importancia de lo que parece
  • Por tanto: aprendizaje continuo es una necesidad. Calentar una silla durante uno o dos años, una simpleza.

Tenemos que ser capaces de distinguir las opiniones de café, de personas que aparentan que saben, y orillemos el “dicen…”, o el “se comenta que…”  Y mucho más si la opinión es de quien dice “la verdad es ….”

Lo malo es que cuando escuchamos opiniones bien fundamentadas  de personas realmente inteligentes y estudiosos  de la situación el desánimo sigue creciendo. Pero para esto están los políticos, que nos “ayudan” a olvidar las miserias con sus promesas y su intachable honorabilidad.